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martes, 20 de noviembre de 2012

Amarrado a ti Capítulo 48




-He visto cómo la has mirado, ya no estoy con ella, por si te la quieres tirar.
-Gilipollas.
-Sé que le tienes ganas- le da otra calada y suelta el humo lentamente.
-Tú de lo que tienes ganas es de una buena hostia- le sujeto por la camiseta. No puedo evitarlo.
-Y parece que tú de dos.
Carlo con un ágil movimiento me golpea con los nudillos en el ojo izquierdo, obligándome a soltarle y retorcerme. Será imbécil. Me toco el ojo, joder… ¿Sangre? ¿Estoy sangrando? Mierda… Me ha dado también en la ceja.
-Menudo cabrón- suelto, casi escupiendo las palabras. Salgo de la habitación.
-¡Cabrón tú, por meterte donde no te llaman!- grita.
Entro en el baño y me observo en el espejo. ¡Oh, dios! Tengo todo el ojo hinchado, parezco el Jorobado de Notre Dame. Me echo agua para refrescar y me vuelvo a mirar. Estoy igual, el agua no ha hecho nada. Si no fuese mi hermano le hubiese devuelto el golpe, pero no me atrevo, no por falta de ganas la verdad. Mierda, escuece. Resoplo y me aprieto con una gran bola de algodón para evitar que siga sangrando. 
 
En la habitación de al lado (Carlo)
 
Joder… No le quería dar, pero no lo he podido evitar. Joder… Me da igual que me mienta, sé que le gusta mi Mara, bueno, mi ex Mara. Todavía no me lo creo, joder. Yo no quiero que se acabe, yo quiero estar con ella, la quiero. ¡La quiero! Y ella debe saberlo.
 
 
De camino a la cafetería (Giulia)
 
Pobrecita. No se merece estar así por un chico, son cosas que pasan, sí, pero no se lo merece. Espero que puedan arreglarlo, no parece mal chico, sólo que hay veces que uno no puede controlar sus celos. Sí que tiene que ser guapo ese chico para que se ponga tan celoso. Bueno, el hermano no está mal, así que el mayor seguro que es mejor. ¿A qué ha venido esto? Oh… dios… ¿Qué me pasa últimamente? Mi hermana preocupada y yo pensando en si el chico está bueno o no. En fin… No puedo evitar reír. Sonrío al llegar. Puede que Darío esté ya allí. Siento algo extraño en el estómago, ¿nervios? Resoplo. 
-Hola- mi padre me da dos besos y se coloca detrás de la barra. 
-¿Te ayudo?- pregunto, buscando con la mirada a Darío. No le veo.
-Sí, por favor, límpiame las mesas libres, anda, que yo de mientras voy a salir un momento. 
No hay nadie en el bar. Eso quiere decir que debo limpiarlas todas. Qué palo. Se escuchan ruidos en el almacén, ¿será él o mi madre? Limpio la mesa que tengo más cerca, empleándome a fondo, evitando que queden manchas. Recojo una taza de café de la mesa de al lado y me giro.
-¡Buh!- aparece por detrás de mí y pego un salto. Me aferro a la taza de café y siento algo húmedo en el centro de mi camiseta.
-¡Mierda!- digo sorprendida. Me sonrojo y miro al suelo, disimulando-. ¡Oh, no! Mi camiseta- susurro. Se ha manchado. Todavía quedaba un poco de líquido dentro de la taza y se ha volcado. 
-Lo siento- dice corriendo a buscar un trapo mojado detrás de la barra.
-No pasa nada, no te preocupes. Se lava- río, mientras le veo venir con uno amarillo.
-Ten, anda- me lo acerca y yo intento limpiarla. Es inútil. La mancha se expande. 
-Nada, no se puede hacer nada- sonrío, girándome de nuevo para seguir limpiando las mesas.
-¿Cuándo me vas a hacer uno de tus cócteles otra vez?- se acerca por detrás y me sujeta la cintura.
-Tendré que pensármelo- sigo limpiando con él agarrado a mí.
-¿Y eso?
-Me has tirado el café encima- cruzamos las miradas y me sonrojo.
-Has dicho que no pasaba nada.
-Nunca creas a una chica cuando te diga que no pasa nada- me deshago de él y camino por su lado.
-Oh, vamos, no seas así, te he dicho que lo siento- suelta una carcajada-. ¿No será que no quieres volver a quedar conmigo?
-Puede que no- me giro hacia él-, o puede que sí. Al igual, o no- le sonrío, limpiando otra mesa.
Observo a Darío por el rabillo del ojo. Me está mirando, con los brazos caídos a los lados, con la cabeza ladeada hacia su lado derecho y sonriendo como sólo él sabe sonreír. Buf… Quiero un beso suyo.
-¿Entonces?
-No lo sé, ya veremos- me muerdo el labio inferior.
-Estás deseando quedar conmigo- se vuelve a acercar.
-¿Cómo estás tan seguro?- le observo, apoyándome en la mesa. Buf… Qué calor, quiero un beso.
-Se te nota- sonríe.
-¿Se me nota?- suelto una carcajada.
-Sí, se te nota en los ojos- se acerca mucho, mirándome fijamente a los ojos.
-¿Y qué ves?
-Que quieres que te bese ahora mismo- ¿cómo lo sabe? Sonríe, mirándome los labios y rodeando mi cadera con sus brazos, apretándome contra su cuerpo.
Se queda así, mirándome en silencio, a escasos centímetros. Trago saliva. 
-Pues hazlo- le susurro. Me mira sorprendido y sonríe. Se acerca y junta sus labios con los míos, como si de un puzle se tratase, sólo unos segundos y me mira a los ojos de nuevo. 
-¿Ya estás contenta?- frunce el ceño.
-Espera- me acerco de nuevo y esta vez le beso yo, sujetando su cuello con suavidad y hundiendo los dedos en su pelo castaño. 
-¿Ya?- sonríe-. ¿Me vas a volver a invitar o no?
-Eh…- hago que pienso y resoplo-. Está bien, vale.
-Si no quieres no, eh- suelta una carcajada.
-Tonto- susurro, alejándome de él.
-Sí, sí, pero a ti te gusta- me muerdo el labio inferior mientras le observo desde la barra. El delantal negro le queda estupendamente.
Se acerca y se apoya en el mármol.
-Estúpido.
-Tonta- me restriega el trapo por la cara.
-¡Serás tonto! ¡Qué asco!- frunzo la nariz, en señal de asco.
En ese momento entran dos chicos y nos miran, observando la curiosa escena. 
-Sí, pero a ti te gusta- susurra en mi oído antes de ir a atender a los clientes que ya se han sentado.

¡Hola! Siento no pasarme por vuestros blogs, pero es que últimamente sólo me paso por aquí para subir los capítulos, no tengo mucho tiempo y los ratos libres los dedico a seguir escribiendo, porque ya me queda menos para el final y le quiero dedicar mucho tiempo para que todo quede bien :) ¿Que si sé cómo va a acabar? La verdad no jaja Me van viniendo ideas y así voy, así que dependo de mí imaginación que, por cierto, últimamente está un poco mal, por no decir que es pésima... En fin, ¡espero que os haya gustado! Me gustaría que me dijerais con quién queréis que se quede cada uno :) Porfis porfis jajaja
¡Un beso!

1 comentario:

  1. Tú tranquila, porque no leas los nuestros no vamos a dejar de leer el tuyo, eso sería muy egoísta :(

    Vamos a ver...¿Hacer parejitas? Pueees..., yo dejaría a Darío con Giula, porque ¡hacen tan buena pareja!, y entonces Aroa con Pablo, y que Lucía se quede con su novio. Por el otro lado: Carlo aunque no es mala persona debe aprender la lección, y como sólo hay una opción para Davide dejaremos a Mara con el hermano mayor y que Carlo vuelva con Carolina para estar todos completos. Sino ya habría que mezclarlos, y recuerdo que Pablo trabajaba en el chiringuito... ¡¿Qué pasará?!

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