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martes, 11 de diciembre de 2012

Amarrado a ti Capítulo 51




Vamos hasta el coche de la mano y subimos. Suena “Hasta que pase la tormenta” de Despistaos. La canto para mí y Pablo ríe.
-¿Por qué te ríes?- me cruzo de brazos.
-¿Por qué la cantas flojo?
-Porque me da vergüenza- me sonrojo.
-Se canta así, verás- escucha por dónde va la canción y la sigue-. “Antes de que suene a despedida la tristeza sostenida que no deja de latir. Y antes de que te des por vencida piensa que es la única vida que podemos compartir.”- canta, imitando la voz del cantante, cerrando los ojos de vez en cuando, haciendo que llora. 
No puedo parar de reír y me retuerzo en el asiento. Respiro hondo, soltando un suspiro. 
-Para, por favor, para- digo entre risas.
-Está bien- disminuye la velocidad y los coches empiezan a tocar el claxon, desesperados. Pablo los ignora hasta quedarse parado en medio de la diagonal. Sonríe y me da un beso.
-Pero, ¿qué haces?- río, sin saber por qué ha dejado de conducir.
-Me has dicho que parase- me mira y sonríe.
-¡Tonto!- suelto una carcajada. ¿Lo dice en serio?-. ¡Te he dicho que parases de cantar, no de conducir!
-Pues ahora yo quiero parar el coche- suelta el volante. Los demás coches están desesperados.
-Pablo, estás loco.
-Me encanta cuando dices mi nombre- sonríe. Me ruborizo.
-En serio, estás loco.
-Lo sé- me guiña un ojo.
-Eh, tío, haz el favor de arrancar o llamo a la policía- grita un señor desde afuera.
-Va, Pablo, no hagas tonterías, que se van a enfadar.
-Ya ves tú qué problema.
-Pero, ¿qué quieres hacer?-río después de escuchar un insulto. Pablo baja y se queda entre los coches.
-¿Dónde vas?- salgo tras él, dando la vuelta al deportivo.
Pablo se acerca y me sujeta la cintura, disminuyendo el espacio entre nuestros cuerpos.
-¡¡¡¡¡TEEE QUIIIIEEEEROOOO!!!!!-grita entre el barullo de la ciudad, desgarrándose la garganta delante de miles de personas. Los pitidos no cesan. Algunos aplauden, otros sueltan palabras malsonantes por la pérdida de tiempo, y yo… yo me abalanzo a su cuello y le beso en los labios.
-Idiota- sonrío al apartarme-, yo también te quiero. Pero venga, vamos, que se están enfadando.
Subimos al coche entre risas y Pablo arranca. Estoy muy feliz, en efecto, este chico es increíble. Estamos en silencio, pero no es un silencio incómodo, sólo sobran las palabras después de lo ocurrido.
Conduce hasta llegar al bar donde yo he estado antes con Lucía.
-¿Has quedado aquí?
-No, bueno, mi amigo trabaja aquí, pero no hemos quedado aquí.
-Ah- susurro. Espero que no me vea el camarero.
-Ahora vengo, ¿vale?- me da un dulce beso en los labios y sale del coche.
Le observo irse y sonrío.
Debo olvidar a Darío, ha pasado demasiado tiempo, Pablo merece la pena, quiero ser feliz al fin. Le observo venir, un chico le sigue. Espera, ¿es él? ¡El camarero! Oh, no, qué vergüenza. 
-Hola- sonríe, entrando en la parte trasera del coche.
-Hola, Javi- le miro por el retrovisor.
-¿Os conocéis?- ríe Pablo, observándonos incrédulo.
-Eh- empieza a decir Javi.
-Bueno-le corto-, sólo de vista-sonrío.
Pablo arranca y vamos a un bar del puerto.
Allí nos espera otro chico. No es mucho más alto que yo, lleva una camiseta a rayas en tonos azules y unos pantalones beige. Pablo nos presenta después de darse un buen abrazo. Se llama Raúl y está estudiando arquitectura. Javi tiene un abuelo alemán, le encanta el baloncesto y quiere irse a Estados Unidos a jugar.
-Es mi sueño- explica Javi.
-Sí, tú sueña, pero sabes que es imposible-le restriega Raúl.
-No es imposible, sólo es cuestión de suerte. ¿Y tú? ¿Qué sueño tienes, Aroa?
-Publicar un libro- me sonrojo.
-Oh, Pablo, tienes a una escritora a tu lado, cuídala- ríe Raúl-. ¿Cuánto tiempo lleváis?
-Eh- me mira preguntándome con la mirada si realmente somos novios o no.
-Entiendo, estáis en proceso- asentimos, avergonzados-, bueno, pues, ¿desde cuándo os conocéis?- nos observa.
-Desde el martes de la semana pasada- miro a Pablo y sonríe.
-Y bueno, Pablo, ¿cómo ha ido el verano? He oído que te ha ido bastante bien, ya sabes- le guiña un ojo y le sonríe, moviendo la cadera. ¿A qué se refiere? Miro a Pablo extrañada y éste sonríe.
-¿Qué dices, Raúl? No ha habido nada interesante. Y Javi, qué, ¿se liga en la cafetería?- no puedo evitar reírme, esto es muy extraño.
-Bueno- me mira un instante-. Se intenta.
-¿Por qué te has reído, Aroa?- suelta Raúl. 

2 comentarios:

  1. Me encanta. No espera: ME ENCANTAAAAA. Necesito un autógrafo tuyo.Esa vergüenza de Aroa, los nervios, y luego Pablo...
    Y quiere escribir un libro, hmmmmm.

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  2. woooooooooow!!!:O :O
    m'encanta guapa! es genial la manera com expresses els sentiments de tots, i son tan diferents ...geniaal!
    pd: tens premi al meu bloooog :)
    petoons:$

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