Traducir

lunes, 24 de diciembre de 2012

Amarrado a ti Capítulo 53




-Es guapo- sonríe.
-Sí, lo es- saco una blusa de color coral y unos pitillo negros.
-Es mayor para ti.
-Lo sé, no voy a salir con él Giulia, sólo es un amigo.
-Ten cuidado, por favor- me pone las manos en los hombros.
-Tranquila, no va a pasar nada, llegaré pronto- le sonrío, dándole un beso en la mejilla.
Me cambio de ropa ante la mirada de mi hermana y me pinto un poco. Me calzo las manoletinas, cojo una americana y salgo de la habitación. 
-Ya estoy- sonrío y Davide se levanta del sofá donde se había sentado-. ¿Vamos?
-Sí- viene a mi lado y nos despedimos de mi hermana.
Bajamos en silencio las escaleras hasta llegar a la acera. Nos subimos en su coche.
-¿Dónde me llevas?-pregunto intrigada.
-Donde quieras tú.
-Me da igual- sonrío.
-Está bien, yo no conozco mucho esto, pero, sé de un sitio donde ponen unos cócteles riquísimos.
-Me parece bien- ¿voy a beber? No suelo hacerlo, pero bueno, un día es un día.
Camino a su lado y llegamos al local. Las luces están muy tenues, parece un pub. Nos sentamos en un pequeño sofá en el fondo, algo apartado del resto de la gente. No sé por qué, pero estoy algo nerviosa.
-¿Cómo te has hecho lo del ojo? Lo tienes muy hinchado- acerco mi mano y le acaricio suavemente.
-¡Ah!- se queja.
-Dios, lo siento.
-No pasa nada, no te preocupes, ah…- Davide pide dos cócteles al camarero.
-Pero, ¿cómo te lo has hecho? No habrá sido Carlo, ¿verdad?- me mira, preocupado-. ¿Ha sido él?- asiente, sonriendo de medio lado-. ¡Ya le vale! ¿Y eso? ¿Qué te ha dicho?
-Estaba celoso. Me ha dicho que ya no estaba contigo, que ahora podía irme contigo, le he dicho que no me gustabas, pero él ha insistido y me ha dado.
-Joder… Lo siento muchísimo, es estúpido. 
-No te preocupes. ¿Tú has hablado más con él?
-Sí, ha venido a mi casa- el chico nos trae la bebida que hemos pedido.
¿Y qué te ha dicho?
-Me ha pedido perdón y otra oportunidad. Hemos vuelto a discutir sobre el tema, sí, de ti- le doy un gran trago, quizá para olvidar un poco.
-¿Y qué le has dicho?
-Por enésima vez le he dicho que no me gustabas, pero que ojalá fuese así- doy un nuevo trago al cóctel y siento como me sube. 
-¿Ojalá?- sonríe, dándole un trago a su copa. Yo me sonrojo.
-Es decir, porque tú estuviste conmigo cuando él se lió con esa zorra. 
¿Y cómo ha reaccionado?
-Se ha enfadado y me ha dicho que me quedase contigo. Hemos seguido discutiendo y luego se ha ido.
-Joder, mi hermano no sabe lo que se pierde- me observa mientras bebe sin dejar de sonreír. Me pierdo en su sonrisa.
Seguimos hablando de varias cosas, de su carrera y de su estancia en Roma, entre otras.

En el recibidor (Aroa)
 
Estoy nerviosa como la semana pasada cuando quedé con él para ir al concierto, me siguen temblando las piernas. ¿Estoy con él? No lo sé. Buf. Llevo un vestido azul marino y unos tacones altos marrones.
-¿Vas a salir?- me observa mi madre desde la cocina.
-Sí- sonrío, mirándome al espejo.
-¿Con ese chico?
-Eh, sí- me sonrojo.
-¿Te gusta? No quiero que hagas ninguna locura, Aroa, lo digo por tu bien- dice preocupada.
-Oh, mamá, es un buen chico. No va a pasar nada- río. Escucho el claxon en la calle-. Es él- me acerco a ella y le doy un beso en la mejilla-. Buenas noches y no me llames- resoplo.
-Adiós, hija.
Salgo, cerrando la puerta de casa y camino con cuidado de no caerme con los tacones hasta llegar al coche.
-Hola, preciosa- sonríe al verme. Va guapísimo. Lleva una camisa azul cielo, unos tejanos oscuros y una americana negra. 
-Buenas- le doy un beso en la mejilla y me observa perplejo.
-¿Y eso?- río.
-¿No puedo darte un beso en la mejilla?
-Lo prefiero en la boca- se acerca para besarme pero le paro con los dedos- ¿Qué pasa?- sonrío.
-Te esperas a que lleguemos a la fiesta.
-Ah, ¿te haces la dura?- me busca la boca para robarme un beso, pero no le dejo.
-No, la interesante- río.
-Joder, va, dame un beso, ¿qué te cuesta?
-Te esperas.
-Está bien- me mira de reojo.
Conduce en silencio, silbando una canción que no consigo descifrar.
-¿Qué cantas?
-No estoy cantando, estoy silbando- me observa y suelta una carcajada al ver mi cara de fastidio-. Allí donde solíamos gritar, de Love of Lesbian.
-No la había reconocido- me guiña un ojo y sigue mirando a la carretera.

1 comentario: