Los dos están sentados bajo la marquesina de esa antigua parada de autobuses, en silencio. El frío de aquella tarde de invierno se cuela sin piedad por sus abrigos y ellos tiritan. Así cada tarde. Todos los días, a las seis están allí, pero no se atreven ni a mirarse, pero hoy es distinto.
-¿Estás bien?-la mira de reojo al ver cómo sus mejillas se van llenando de lágrimas.
-Podría estar mejor- Está llorando, y, aunque le parezca extraño, llora por otro.
Ella le mira al igual que él y sus miradas se cruzan por un instante.
-¿Y tú? ¿Cómo estás?- pregunta ella, esquivando su mirada de nuevo.
-Podría estar peor- sonríe levemente, mirando al frente.
. Llega el autobús y se despiden con un seco adiós sin tan sólo preguntarse qué les ocurre. Sienten añoranza el uno por el otro, son como dos completos desconocidos, aún así. ¿Cómo pudieron cambiar tanto las cosas? Antes lo eran todo... en cambio.... ahora... ahora no son nada.
Muy emotivo. Y el nuevo diseño de tu blog me encanta! Es como más primaveral, que ya va haciendo falta que llegue! hahahahha un besazo!
ResponderEliminar¡Muchas gracias! Tenía ganas de cambiarlo ya, aunque todavía me quedan algunos cambios :)
EliminarTú entrada me pareció hermosa, me hiciste recordar viejos momentos.
ResponderEliminarBesos y abrazos.
Me alegro muchísimo de que te guste <3
EliminarY ahora no somos nadaaa... cuanta razón! A veces pienso como pudimos pasar del todo a la nada, ¿parece un poco imposible no? Pero toodo es inexplicable. Ahora solo me conformo con mirarle, él solo se conforma alrededor de muchas chicas! Así es la vida..jajajja!
ResponderEliminarMillones de besiiiiiiiitos<3
Buuuf... Bueno, la vida sigue, es lo que hay y hay que seguir esforzándose :)
Eliminar¡Un beso enorme! <3
Las cosas cambian, las personas también, por lo visto sus sentimientos no.
ResponderEliminarLas cenizas quedan siempre :)
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