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miércoles, 28 de agosto de 2013

Amarrado a ti Capítulo 87

Pablo se aleja un poco de mí y me mira interrogante. El sabor de sus labios ha quedado marcado en los míos y el deseo de volver a notarlo me carcome por dentro.
-¿Estás bi…?- no dejo que termine y le callo con un beso intenso.
Aparto un poco las sábanas para que no se enreden en nuestras piernas y me siento sobre sus muslos. Él no deja que me separe de él y sus labios no dejan que pase el aire entre nosotros. Viajo entre sus trabajados abdominales y disfruto en cada rincón de éstos. Pablo recorre mis muslos con firmeza y me atrae a él, intentando atravesar mi cuello con sus labios y tocar mi esófago. 
No soy dueña de mi cuerpo, el cual se ha rebelado contra el sentido de la razón y actúa sin amo aparente. 
 
 
Contra su piel (Pablo)
 
Sí, no, no lo sé, no sé si estoy haciendo bien. No sé si me arrepentiré, es todo tan confuso… Además, el whisky todavía corre por mis venas y el calentón no me deja pensar con claridad. No me gusta hablar así, pero es la verdad, mi instinto gana a mi cabeza y mi corazón ha perdido el norte. Todo está pasando tan rápido… Aroa. Dios, cómo duele su nombre, rasga mis pensamientos con garras afiladas y con esos ojos embrujados color miel. El simple hecho de pensar en ella me enferma. Intento sentir el beso, para olvidar, para no pensar y para eludir el dolor. 
Laia se está adueñando de mis movimientos, me dejo llevar entre sus delicadas manos y enfilo por sus caderas. Beso su piel suave, con más voracidad que a Aroa, con más ardor en mis entrañas, con rabia acumulada. 
Hace dos años no terminamos lo que empezamos, me quedé con el mal sabor de boca de su partida y tenerla de nuevo era algo más que pura nostalgia. La necesitaba, necesitaba coger los recuerdos y substituirlos por unos nuevos. Unos mejores, unos de los que luego no me sentiría mal. La dejé ir y ni siquiera me despedí de ella. No quise, no pude, dolía demasiado. 
Siento cómo mis ojos se humedecen sin razón al pensar en lo que fue. Parece que no haya pasado el tiempo, la tengo aquí, conmigo, y en cambio, las cosas no son como a mí me gustaría. No sé lo que siento por ella, me da coraje no quererla como ella lo hace.
Desabrocha mis pantalones y se deshace de ellos con gran agilidad, sin miedo, a una velocidad imposible que no me da tiempo ni a reaccionar. Dos locos de atar retorciéndonos en una cama a rebosar de recuerdos. 
 
En ese mismo lugar (Laia)
 
-Lo siento- me aparto de él y me siento en la cama.
Me mira perplejo, con una mueca en el rostro. Pensará que soy una estúpida, Dios.
-No, lo debería sentir yo, no debería… No debería haberte besado, perdona. Será mejor que me vaya a dormir al sofá.
Le observo levantarse torpemente bajo la escasa luz que ilumina sus curvas y caminar con pesadez hasta la puerta. Se revuelve el pelo y algo dentro de mí quiere manifestarse. ¿Por qué le dejo ir? ¿Por qué soy tan idiota? ¡Si llevaba deseando este momento desde hacía dos años! El recuerdo de sus labios puntea los míos como si de una aguja se tratase y mis piernas se rebelan contra mí. 
Mi cuerpo se levanta de un impulso y corre, colocándose entre la puerta y la silueta corpulenta del chico. 
-No, no te vayas- mi voz sale de un arrebato más fuerte de lo que creía. Me aferro al pomo de la puerta con decisión y le miro a los ojos con seguridad.
-Pero…- pensará que soy bipolar.
-No te vayas- repito convencida y lanzándome a su cuello con la intención de besarle.
No se aparta. Un segundo, dos, tres, cuatro, cinco…  Y lo hace. Se inclina hacia atrás, separándose de mis labios y me mira con solidez. No acabo de reconocer sus pensamientos a través de sus ojos carbonizados, son como dos agujeros negros capaces de absorber todo lo que pase por delante y me estremezco. Pablo es bastante más alto que yo y me veo obligada a alzar el rostro para poder fijar mis ojos en los suyos. La madera fría roza mi espalda y mis brazos, provocándome una serie de escalofríos que llegan hasta los dedos de los pies. Entonces sonríe con perspicacia y todo lo demás pasa a un segundo plano, como en una función de teatro en la que los focos se centran en nosotros dos, simples protagonistas de esta función vagabunda. 
Me congelo y me derrito en un solo instante.



¡Hola personitas! Ya se está terminando el verano y yo estoy... estoy estresada jajaja Como veis, no he puesto ningún gif ni fotografía porque en el anterior capítulo, me dijeron que en algunos capítulos las imágenes tapaban el texto, así que he optado por quitarlas.
Eso es todo, espero que os haya gustado tanto como a mí escribirlo :)
¡Un beso muy muy muuy grande! <3

5 comentarios:

  1. A mi me gustaban las imagines. Igual lo que mas cuenta es el texto, hermoso. Me encanta como escribís, sabes como llegar al que te lee.

    Besossss

    Me gustaba Aroa con Dario, y después con Pablo. Ahora nose que va a pasar con ella y eso me da intriga para el prox capitulo!!!

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    1. Jo, Magu, no sabes cuánto me alegra leer comentarios como éste, en serio, te lo agradezco mucho, no es fácil hacer que una historia así guste a los demás, y me da miedo que se haga muy pesada..
      ¡Muchísimas gracias Magu! <3

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  2. El capitulo es geniaaall!!! Y por lo de las imagenes no te preocupes, tienes la barra de la derecha con esas fotos tan bonitas que no pasa nada si en alguna entrada no la pones porque la tener las otras no lo hace "soso" ni nada por el estilo, esta genial

    http://tequieroentrealgodones.blogspot.com.es

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    1. Muchísimas gracias, guapísima :D
      ¡Un beso muy muy muuy grande! <3

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  3. Hoolaaa!!!
    te he comentado en mi blog ya pero queria pasar por aqui a darte las gracias de nuevo por comentarme y seguirme!!!! :D
    En SERIO, MUCHISIMAS GRACIAS!!
    me has alegrado la noche!!! muchas graciaaas!!! ^^

    Un beso!! ;)
    http://myworldlai.blogspot.com.es/

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